MAÑANA, CRUZARÉ LA FRONTERA
6 de enero 2020
Esta frontera es complicada, más que nada porque todo el mundo sabe que los funcionarios hacen cobros por conceptos que no son legales. Por ejemplo: se que en el lado de Laos tendré que pagar 2 $ USA por el simple hecho de que me pongan el sello de salida del pasaporte. Esto es algo que jamás me han cobrado en ninguna otra fontera, y ya llevo unas cuantas a lo lardo del los años. Y pasamos al otro lado. En el control de Camboya, como ciudadano español debo pagar 30 $ USA por el visado pero nada más. Ah!, pero ocurre que no, que se sacan de la manga conceptos de trámite inexistentes, control médico si no llevas cartilla de vacunas,... y cualquier cosa que se les ocurra. Total, como mínimo, aquí cobrarás 8 dólares más sin ser legal.
¿Hay modo de evitar estos pagos extra?. Pues sí, claro, porque siendo ilegales si plantas cara y estás dispuesto a soportar esperas largas, malas caras de los funcionarios y vete a saber qué mas, finalmente tienen que dejarte pasar.
¿Merece la pena la pelea?. Por supuesto, si tratas de defender la legalidad y tu propio orgullo pero realmente no se bien si compensa. De hecho hay turistas que se enfrentan a quien tiene la valentía de no pagar porque se provocan retrasos con las colas y al otro lado siempre espera algún transporte.
En fin, una situación muy desagradable la que me espera porque, tanto si pagas los extras como si intentas no pagarlos tendrás conflicto. En el primero de los casos contigo mismo por una cuestión de sentimientos encontrados. Saber que te están pisoteado derechos como ciudadano y no poder hacer nada es algo bien jodido.
Se me ocurrió acudir al diccionario de la Rae y consultar qué palabra podría definir lo que estos funcionarios hacen con los turistas.
Del lat. extorsio, -ōnis.
1. f. Presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener así dinero u otro beneficio.
Se parece, ¿verdad?
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HOY CRUCÉ LA FRONTERA
7/0172020
Los datos que daba ayer lo obtuve de personas que cruzaron un día y dos antes que yo y que me informaron por whatsapp. Hoy, lo único que hice fue confirmarlo personalmente.
Salimos de la isla de Don Det en barco hasta el puerto de Nakasong (unos 10') donde nos recoge una Van para llevarnos a la frontera situada a 17 km.
En la furgoneta íbamos diez turistas, todos apretados en asientos estrechos. El problema es que cada uno llevamos una mochila grande y otra más pequeña. Madre de Dios como compactó todo el animal del conductor. Este va a un aeropuerto y se parte de risa de los cajones de Ryanair.
Llegamos a la frontera, lado de Laos. Efectivamente, entregas el pasaporte, te piden 2 $ y te sellan la salida. Si te niegas, como hizo una pareja, te devuelven el pasaporte y no puedes salir del pais. No sé en qué acabó el conflicto con estos chicos, no si pagaron o no, pero que que tuvieron que regresar es seguro.
En lo que yo me fijaba era en la cara de los dos funcionarios, tan bien arreglados con su uniforme impoluto, sus estrellas y sus hombreras de colores. Te pedían el dinero con una flema increíble, sin cortarse un pelo en medio de los comentarios de cabreo de algunos, las protestas de otros y las miradas de desprecio de todos, a sabiendas de la ilegalidad que cometen.
En el lado de Camboya este problema lo tienen solucionado bien. No tienen que dar la cara porque, sencillamente, no se la puedes ver. Tienen ventanillas y los cristales son opacos. Pero las ventanillas están tan bajas que para que te atiendan has de agachar todo el cuerpo y doblar algo las rodillas. Les calculé una altura de 1´5 mts. Una verguenza. Por encima de que te timan te obligan a doblarte de manera grotesca.
En fin, me pidieron los 30 € de la visa y 5 € más sin darme explicaciones ni recibo alguno. Un proceso ademaś largo y poco eficaz. Mi pasaporte pasó por cinco funcionarios distintos.
Mi reflexión es la siguiente:
Viajas por muchos y distintos países y a mí, nunca me ha ocurrido cosa parecida, incluyendo nueve fronteras terrestres en África. La gente es normal, buena, te ayuda, interactua contigo... Es una buena relación y acabas concluyendo que los ciudadanos son buena gente. Evidentemente también los de Laos y Camboya lo son. Así que, cuando crucé esta frontera me hacia la pregunta de qué pensaria la gente de Laos y Camboya de sus agentes de fronteras. ¿realmente se sentirán representados en estos conciudadanos?.
Y me surgen más dudas. Porque esta situación es pública, se comenta en la calle, entre los turistas y, por supuesto, a través de las Redes Sociales. Así pues es imposible que los superiores policiales, administrativos y políticos de estos trabajadores no sepan lo que pasa exactamente. Yo mismo envié un email al cónsul de Camboya en Pakse pidiendo aclaración pero como sospechaba, no me contestó. ¿Lo consienten entonces?. De ser así, la imagen que están permitiendo que den es muy poco favorable para un pueblo a cuyas gentes yo, como viajero, no tengo más que agradecer su amabilidad y sus sonrisas.
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