martes, 24 de diciembre de 2019

LAOS- Si subes a la moto te puedes caer

25 - 12 - 2019


UN POCO DE REPARO

Me refiero a que me cuesta publicar esta entrada porque aunque la justificación es fácil, lo cierto y verdad es que de tres países visitados ya conozco las urgencias sanitarias de dos e ellos. A ver si de aquí en adelante consigo rebajar este ratio y dejo de poner a huevo a mis "enemigos" el cachondeito fácil.

Dice una amiga que nunca va a viajar conmigo porque siempre me pasa algo malo. 

Dice un colega canadiense de viaje,  que en casa, tirado en el sofá, estas cosas no pasan.

En realidad siempre pasan cosas, no importa dónde. Es la vida misma. Hoy me toca a mi en  Asia y al mismo tiempo a alguien le caerá un maceta en la cabeza mientras pasea feliz con su  perro allá en el "primer mundo".

En Tailandia, para quien no me leyera en su momento, ocurrió que unos cuantos bichitos me provocaron una sinusitis bacteriana, es decir, una infección que podría haber pillado en cualquier lugar de España, por ejemplo. Y aquí, en Laos fue la moto que iba conduciendo la que se hartó de mí y me lanzó a la carretera con el consiguiente golpetazo sobre el hombro-costado-cabeza.

Desde que comencé el viaje era la cuarta vez que utilizo una moto con toda normalidad. Cierto es que la diferencia en esta ocasión es que yo iba por un camino de tierra y graba y mi scooter no estaba preparada para un terreno tan seco y pedregoso.

Los primeros seis kilómetros son de asfalto hasta la Blue Lagoon1. Después, luego tuerce a la izquierda y te adentra en un ancho camino de tierra que va pasando por los pequeños pueblos a pie de unas montañas y paisajes preciosos.


Veo un puente de madera y paro para sacarle una fotografía. Su firme de tablas cruzadas y lleno de clavos le da un aire de cierta inestabilidad, fácil para que una rueda toque un borde y te ponga en peligro. De hecho, como para dejarlo más claro, cruzo el puente mientras grabo un corto vídeo, El taclateo con las tablas es significativo. (VIDEO)

Cruzó el puente y vuelvo al camino. A no más de diez minutos de este punto mi adorable moto decidió que ya estaba cansada de mi y me lanzó por los aires. 

Bueno, iba muy despacio y prudente, lo juro, jajaja, pero en un momento dado la motita del carajo patinó con la rueda delantera y nada más pude hacer.

Caída brusca sobre el lado izquierdo. Sentí mucho, muchiiiisimo dolor en el costado. A mi lado la muy cabrona seguía con el motor ronroneando como si tal cosa. Yo estaba solo y sin embargo me levanté a toda prisa, sintiendo esa vergüenza estúpida que sentimos los humanos cuando nos vamos al suelo. Dolorido, solo me dio tiempo a girar la llave y apagar la moto porque la bajada de tensión fue inmediata y el mareo me invadió. Me tendí sobre la tierra cuan largo soy esperando lo que era inevitable.

Desperté uno o dos  minutos después, calculo, cubierto de sudor frío, lleno de polvo y tratando de poner en marcha mi brújula mental porque estaba muy descentrado. A mi lado gente mirándome con impotencia. De todos, un chico joven de no más de 20 años se acercó a mi y ya fue mi ángel de la guarda hasta mi llegada al hospital. Me sabe mal no haberle preguntado por su nombre pero lo recordaré siempre por su gran actitud y humanidad.

Tardé un buen rato en gestionar mi impotencia y tomar fuerzas. Este chico, al que llamaré Ángel en adelante, levantó la moto, la arrancó y me pidió que me subiera atrás. Joder, que dolor, estaba ido. Pensé que moría en el intento pero un rato después paró en un pequeño dispensario médico local. Allí una asistenta, enfermera o no se qué, se limitó a ponerme una mascarilla de oxígeno al ver que yo me mareaba. Mal sabía ella que era una cuestión de la bajada de tensión pero no la culpo.

Ángel, mi ángel, no se separó de mi. Qué grande este chico. Solo hablaba Lao, pero se preocupó muchísimo por mantenerme informado y tranquilizarme. El asunto es que este muchacho y otra mujer que yo asocié con su madre, se ocuparon de mi, de la moto y de avisar a una ambulancia.

Subo a la ambulancia. El auxiliar que venía atrás conmigo me pide que me acueste en la camilla. Y una leche..., si me acuesto, con los botes que va dando el vehículo llego muerto por el dolor. Me quedo sentado y aguanto el tipo sujetándome el brazo dañado mientras avanzamos escandalizado a todo dios con la sirena puesta. Así hasta llegar al hospital de Vieng Vang.

Ángel, mi ángel, llega también conduciendo mi moto. Y en otra moto (aquí todo el mundo anda en motocicleta) llega su madre que tendrá que llevarlo de vuelta al pueblo. Los veo y no paro de pensar con qué dos personas fantásticas me he topado.

Ángel avisa por teléfono al negocio de alquiler de motos para que venga a recogerla. Yo, mientras tanto empiezo a ser atendido por el personal médico. 

El doctor me evalúa los movimientos del brazo y me pregunta donde me duele. Manda que me saquen una radiografía. Acompaño al tipo, me pone de frente a la máquina y me saca una sola toma frontal. Lo curioso viene a continuación. 

Con la radiografía en la mano me lleva  a la ventanilla de pagos para que abone el importe de la factura por ese concepto antes de que me siga atendiendo el médico. Yo, incrédulo, dolorido y maltrecho me cabreo como una mona por la falta de tacto y sentido humanitario. En un arrebato de mala leche le digo al tipo que no tengo dinero y espero a ver qué coño decide hacer. Actúa bien, me lleva al médico y este levanta la radiografía para observarla y darme su veredicto. Decir que estaba acojonado, es decir bien poco.

There is nothing broken ¡¡¡ . Joder, no me lo acabo de creer. Nada roto después del golpetazo sufrido y del dolor inmenso que siento.

NEGOCIANDO CON LA DUEÑA DE LA MOTO

Llega la dueña de la moto. Ella tiene mi pasaporte porque había quedado en depósito  como garantía por el alquiler. Le digo que lo entregue al hospital para que tomen mis datos. Se resiste porque retener el pasaporte es asegurarse el cobro de  los daños pero se ve obligada a entregarlo. 

 Se lleva la moto y vuelve a los diez minutos para explicarme los daños que tiene y pedirme un pastón para su arreglo.... que si la dirección está torcida, que si por este rasponazo hay que cambiar el lateral de plástico, bla, bla, bla.... Me cabreo de nuevo. La hijaputa ni me preguntó cómo estaba yo. Le digo que no con voz y gestos, muy clarito,  que está exagerando (cosa que era verdad) y que ya hablaríamos en otro momento.

Claro, inmediatamente su reacción es ir a recuperar el pasaporte pero el cajero del hospital, le deja claro que no, que se lo queda el hospital porque yo no tengo dinero y no he pagado la factura médica. Bueno, bueno... la dueña de la moto empieza a jurar en hebreo mientras me fulmina con la mirada y habla sola como una loca. Ante mi sorpresa se largó de allí. Yo imaginaba que volvería  más tarde con "refuerzos" para meterme en un buen lío pero a día de hoy nada he vuelto a saber de ella. 

Cuando comprobé que todo estaba despejado y yo algo más repuesto y tranquilo, busqué un cajero automático, saqué dinero y liquidé la deuda con el hospital. Recuperar mi pasaporte era prioritario.

Han pasado cinco días. Hoy es 25, día de Navidad y arranco viaje hacia Vientian, capital de Laos, aún con el brazo en el cabestrillo.

Estoy bastante mejorado, las inflamaciones han bajado mucho, el dolor ha remitido bastante y, aunque me queda por recuperar bastante movilidad y mi costado me mata cuando toso o estornudo, me voy. Necesito avanzar hacia el sur. Mi próximo país es Camboya. Y no quiero conocer cómo funciona su sanidad pública, jajaja.

Mi familia y amigos a los que intereso sabrán disculparme por no avisar de mi estado pero no vi la necesidad de preocuparles.



lunes, 23 de diciembre de 2019

LAOS - Vang Vieng - Una pequeña Corea

VANG VIENG, o la Pequeña Corea en Laos

Tanto si eres dado a la fiesta como a la aventura podrás disfrutar igualmente en este pueblo. Y a quien le gusten ambas cosas entonces ven con tiempo y disfruta, las oportunidades son tremendas. Bueno, y algo de dinero siempre es necesario, claro.

Este pueblo tiene una cantidad de turistas poco habitual, especialmente coreanos, de hecho hay días que ejecutan una verdadera invasión. Alguien me contó alguna vez el motivo de tanta visita a Vang Vieng, no lo recuerdo bien pero creo que estaba relacionado conque este pueblo salió en alguna serie de TV o un película y se hizo famoso. Lo cierto es que es gente muy llamativa porque hablan alto y gesticula mucho. 

Algunos compran en los comercios locales un conjunto de vestir, camisa y pantalón corto, que yo cuando los veo en grupo todos igualitos se me antoja que acaban de saltar de la cama con el pijama puesto.




CONDUCIENDO UN CIRCUITO CON UN SCOOTER

Este entorno es el lugar ideal para recorrer en moto.



Tiene una naturaleza espectacular, rios, montañas, lagunas, cuevas… Así pues no dudo en alquilar una scooter y pasarme el día localizando escenarios para ver y fotografiar. 



El día siguiente de llegar alquilé una bici de montaña y me fui hasta una laguna. Echo de menos mi bicicleta. Viajar sin ella es muy distinto y me alejo de los pequeños pueblos y de la gente más auténtica. Pero bueno este es otro viaje y tengo que hacer lo posible por disfrutarlo.


Así que arranco la moto, cruzo el puente de madera sobre el Río Nam Song y a chupar polvo. De momento, cruzar el puente ya es algo complicado. Está lleno de puntas y de tablas con  bastantes hueco entre algunas de ellas. Te da cierta sensación de inestabilidad.

Voy en busca de lagunas



MIRADORES Y CUEVAS
Tham Chang Cave

Desconozco las causas geológicas de porqué esta zona tiene montes tan llamativos y tantas cuevas. 



Ambas cosas son una atracción más y, especialmente a la gente que disfrute con el senderismo se sentirá feliz. 

Iba a subir a uno de los miradores pero las cosas se torcieron un poco y tuve que dejarlo. 


Sí estuve en el interior de una cueva y pasé un buen rato contemplando tanto trabajo de la Naturaleza a lo largo de los siglos. Qué pena que estén tan mal cuidadas e iluminadas. 

Llegar a la entrada necesita de un buen esfuerzo subiendo lo casi ciento cincuenta peldaños con un grado de inclinación que hace que tengas que tomar un par de respiros a medio camino.
    



LAGUNAS
  
En realidad, hay 3 lagunas azules alrededor de Vang Vieng, siendo la Laguna Azul 1 la más famosa, aunque las fotografías que se localizan por Internet hacen prever un paisaje que luego la realidad se encarga de dejar en su sitio. 



Las fotografías a menudo engañan un poco. Como era de esperar hay tiendas, quioscos y casas de comida en demasía lo que le da un aire demasiado turístico y pierde su encanto natural.  Peor aún si consideramos la exagerada afluencia de turista a determinadas horas. 

Visto lo cual, aproveché para darme un baño corto y regreso a la ciudad.


CAMPOS DE ARROZ Y PAISAJE

Como es bastante común en esta parte del mundo, Vang Vieng tiene algunos impresionantes campos de arroz.


Desafortunadamente para mí estamos en la estación seca y no se ven los campos con ese verde maravilloso de las fotografías pero siempre tiene su encanto contemplar las extensiones de cultivo, aunque en este caso el arroz esté recogido y el color del campo haya tornado a marrón, más bien al color de la paja seca.


De las cosas que más disfruté, pasear por las orillas del Río Nam Song fue de las más gratificantes y la más barata. 

Además me proporcionó conocer varios de los puentes que van de un lado al otro de la ciudad, paisajes,  


y contemplar a las gente metida en el agua por encima de las rodillas recogiendo algo que iban echando a la cesta que colgada a sus espaldas. Tardé en averiguar qué eran algas comestibles muy pequeñas.







OTRAS ACTIVIDADES EN VANG VIENG

kayaking
Tubing
Subir en globo
Cursos de escalada
Senderismo
Alquilar una moto, una bicicleta o un buggy... 

Y un largo etcétera más.

Lo dicho, hay que venir con ganas de divertirse y probar tanta y tanta oferta de actividad, alguna de ellas con una buena componente de aventura.

lunes, 16 de diciembre de 2019

LAOS - Luang Prabang - Monjes

16/12/2019


LUANG PRABANG

Los días pasan como si tal cosa y aquí estoy, en mi tercer país de este viaje. He tardado tres días en llegar a Luang Prabang y voy a resumirlo con algunos detalles por si interesa a otros viajeros. En casos como este, cuando se cambia de pais, se agradece la información. 

Partí de Chian Rai (Tailandia) a las 8 de la mañana en autobús camino de Chiang Knong. Hay un servicio de transporte en autobús cada media hora. Una de las empresas sale a las horas en punto desde las 7 de la mañana y otra sale a las y media de cada hora. Por ser más claro, desde las siete de la mañana hay un autobús cada media hora que te acerca a la frontera hasta las 17:30 que sale el último. Esto es en la estación de autobuses que hay en el centro, justo al lado del Night Market.

Al llegar a Chiang Knong el autobús para como a 4 km de la frontera y necesariamente hay que tomar uno de los  tuk tuk que ya están en la parada y al precio fijo de 50 Bat.

El proceso y sellado de salida de Tailandia es sencillo y lleva unos pocos minutos.

Después, como no está permitido cruzar a pie o en bicicleta el puente que conduce al lago de Laos, hay que tomar un autobús que cuesta un precio fijado de 20 Bat. 

Llegamos al lado de Laos. Hay que rellenar dos pequeños formularios en inglés, disponer de una fotografía tamaño carnet y de los 35 $ USA que cobran en el caso de ser Español. Ojo que miran con detenimiento los billetes americanos; no todos están permitidos así que mejor que su edición sea de fecha lo más reciente posible.

Y ya estamos en Laos, pero eso sí, a 14 km de la población más cercana que es XUAY XAY así que otra vez nos vemos obligados a tomar otro tuk tuk por importe de 80 Bat. El ticket se compra en la propia frontera, es precio fijo, regulado, nada de regateos.

A partir de aquí yo tenía dos opciones para llegar a mi siguiente destino que era Luang Prabang. Una el autobús y la otra tomar un barco de durante dos días baja por el Río Mekong haciendo parada en PAKBAN para dormir. Yo elegí la opción del barco. El precio es de 220.000 Kip, al cambio de hoy 22,32 €.

Eso sí, en el barco no hay servicio de comidas, tan sólo algunas chucherías, bolsas de patatas fritas o botes de sopa instantánea a la que hay que añadir agua caliente. Para beber sí, hay cerveza y unos cuantos refrescos. Todo hay que pagarlo, por supuesto.

Como el barco sale a la 11- 11:30 yo no pensaba llegar a tiempo pero sí, subía al barco esa misma mañana y me evité pagar una noche de hotel. 

Y la suerte me siguió acompañando porque en el tuk tuk de traslado 

coincidí con Song, un tailandés que iba con mi mismo destino y enseguida me tranquilizó diciéndome que él iba al mismo barco y que me ayudaría. Que gusto encontrar personas así en momentos concretos del viaje. Por suerte  Song se entiende bien con los locales y me tuteló en todo momento en Pakban ayudándome a conseguir una tarjeta para el teléfono y alojamiento en su mismo hostel. 



Bajar por el Mekong, me gustó mucho y lo disfruté. Tiene un encanto especial moverse con lentitud sobre sus aguas tranquilas color de barro sobre un barco parcheado con maderas, asientos a medio clavar sobre cubierta o simplemente sueltos, tapizados agrietados que han soportado miles de culos en otra mil travesías y el motor de gas-oil, una bestia que empuja el bote y que ruge como un dragón mientras nos invade con el humo de su escape de vez en cuando. 

En ambas orillas, cada poco tiempo se ve a la gente que vive allí pescando o cultivando la tierra, también el bosque. Ese bosque absolutamente frondoso y verde que me hizo recordar esa parte negra de la historia de Laos y que tanto sufrió durante la guerra llamada de Vietnan. 


“En promedio, ocho bombas por minuto fueron lanzadas durante la guerra de Vietnam sobre Laos entre 1964 y 1973. Esta suma supera a la de las usadas durante toda la II Guerra Mundial”

Y como es lógico, parte de estos bosque que ahora se ven desde el barco sufrieron una gran devastación porque interesaba ver al enemigo y los norteamericanos no dudaron en bombardear todo cuanto de movía. Una masacre.

Pero la vida sigue y ahí están ganándose la vida barqueros, pescadores, agricultores y demás aprovechando todo el potencial de este río enorme. 



Incluso buscadores de oro, a los que se distingue bien porque están agachado con su cuenco metálico con forma de sombrero chino invertido.

De vez en cuando el barco para para dejar o recoger viajeros y mercancías. Me queda el recuerdo especial de un grupo de niños que, literalmente, abordaron el barco cual piratas del Caribe para intentar vender alguna pulsera en los pocos minutos de parada. 



Debo reconocer que sufrí viendo la destreza y el atrevimiento de estos chavales porque alguna estuvo a punto de irse al agua o golpearse con el barco de al lado. Son escenas que nunca veremos en Europa porque allá nuestros niños tienen cubiertas con creces todas sus necesidades.

Y ahora a pasar unos días en Luang Prabang, sin prisas, y a turistear un poco. Este pueblo me ha causado muy buena impresión. Las ofertas para dormir o para comer son muchísimas y a unos precios muy baratos.

ENLACE A FOTOGRAFIAS


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TAL BAT
O ceremonia de entrega de limosna a los monjes

Me levanto temprano. Son las 5:15 de la mañana. Aún es de noche y hace fresco. Voy armado con mi cámara de fotos y nada más. El objetivo es asistir  a la entrega de limosna a los monjes de la localidad.

Esta ceremonia se realiza cada mañana sin excepción en todo el pais.  


Los donantes se colocan en lugares concretos, sentados o arrodillados con sus donaciones en el regazo esperando la llegada de los monjes. Para ellos es un deber ofrecerles comida porque los tienen en consideración como sagrados. 

De modo mayoritario les entregarán arroz pegajoso cocido recientemente y también frutas y algunas especias. Esta limosna supondrá la única comida que hagan en el día pues a partir de las doce se dedicarán a menesteres como la limpieza, el estudio la meditación etc.



Díez minutos antes de las seis de la mañana veo a los primeros monjes que en fila India, cabeza baja  y de modo disciplinado marchan descalzos y acuden con sus cuencos llamados “patta” para recibir sus porciones de comida que cada donante les da. Levantan la tapa del cuenco, reciben su donación, tapan el cuenco y avanzan. Así hasta que la llenan. (VIDEO)

Los monjes no tienen derecho a ganar dinero, me dice alguien, así que se alimentan de las donaciones de la gente. 

Son las 6:10 y ya empezará despejarse la calle. Los monjes han pasado a un ritmo muy rápido, casi sin detenerse delante de cada donante, como si quisieran escapar del lugar. 



Ahora regresan a sus monasterios y pagodas para comer y comenzar su jornada.

Hay una sensación mágica en esta ceremonia, se palpa la espiritualidad. Pero…

El pero, somos los turistas que convertimos el momento en un espectáculo poco ejemplar en muchas ocasiones. Por conseguir una foto hay quien se salta ya no las reglas más elementales de educación, sino también del protocolo. 

Unos minutos antes de las 6 comienzan a llegar tuk tuk y camionetas con los turistas de sus respectivos hoteles para asistirá la ceremonia. 


Turistas orientales perfectamente alecionados por sus guías turísticos. Listos para la foto
Especialmente me llama la atención que a grupos de turistas orientales, generalmente tailandeses y vietnamitas les reservan lugares y cuencos de arroz para que ellos ejerzan de donantes por unos minutos mientras otros le sacan la foto de la que presumir después. Está permitido, es cierto, la limosna es igual de válida pero la actitud no. Son detalles feos que pueden ser evitados y que me hacían pensar que si los monjes caminaban tan rápido era porque trataban de eludir lo antes posible tal situación. Obviamente no es así, claro.
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Tres días y medio en esta ciudad y a pesar de todo lo bueno que resultó me apetece avanzar hacia el sur. 

Ayer tuve un día deportivo pero cansado. Resulta que en el mismo hostel que yo se hospedó Yolanda que está viajando en bici con alforjas por esta parte de Asia. Aunque ella es la reciente campeona del Aragón de enduro - bici, alquilé una montain bike y  me atrevía a compartir ruta hasta una catarata cercana. Llevo dos meses sin dar pedal y he perdido la forma pero bueno, Yolanda fue generosa y se mantuvo a mi paso. 

Estamos en temporada seca así que imaginamos bien que la catarata estaría sin agua. Y así fue pero el paseo en bicicleta lo hice y fue lo mejor del dia. 



Aparte de todo lo contado me dediqué estos días  a comer bien, descansar (no se de qué) y a pasear por la zona portuaria, bueno, más bien la orilla del río, y a ver el mercado de día y el de noche. 


"Hacemos brazaletes, no la guerra"
El nocturno es algo recurrente en todos los países así que puedes encontrar regalos de todo tipo, ropa etc..y aquí, en Laos, como curiosidad, se pueden comprar  souvenir, cucharas y otros utensilios que con gran sentido de la practicidad y hasta de concienciación, los laosianos fabrican con el metal de las bombas que lanzó sobre ellos el ejército norteamericano. 

El mercado anexo a este es el Night Food Market. Para cenar se pone esto de turistas a tope porque la oferta no puede ser mejor ni más barata. Por ahí quedan algunas fotos ya un tanto mezcladas.


Quedo con Yoli y otro colega francés que también viaja en bicicleta. Hemos coincidido los tres aquí y cada uno lleva rutas distintas. Nos damos un abrazo y seguimos camino. 




jueves, 12 de diciembre de 2019

THAI - Chiang Rai


12/12/2019



Quién me conoce sabe bien que me gusta más ser viajero que turista, aunque ambos conceptos vayan necesariamente compartidos en cada viaje. Lo digo porque esta entrada al Blog es absolutamente turística así que como soy poco creativo he recurrido a datos que aportan otras personas en Internet para documentarme. Vaya por delante mi agradecimiento.

CHIANG RAI

Cuando llegué a esta ciudad la idea que yo tenía  de su  importancia era menor con respecto a la cercana Chiang Mai. Ahora, en cambio, me parece todo lo contrario. Durante dos días de gira en moto no he salido de un asombro para entrar en otro mayor. Me gusta la ciudad en si misma, es tranquila pero tiene mucha vida, la gente, como siempre en Tailandia es encantadora y de sonrisa fácil. Y los puntos turísticos de interés de los que hablo en esta entrada son a cada cual más sorprendente.

A saber:

Wat Rong Khun, popularmente conocido como
El Templo Blanco


Según la Wikipedia: Es un templo contemporáneo no convencional Budista e Hinduista. Está en la provincia de Chiang Rai, Tailandia. Fue diseñado por Don Chalermchai Kositpipat y la construcción empezó en 1997.


Todos los dibujos que están dentro de Sala de Reuniones fueron decorados con oro.



En una de las otras salas, el suelo tiene cuatro tipos de animales representando el mundo, el agua, el viento y el fuego. El elefante representa el mundo; el Naga el agua; el cisne el viento y el león el fuego.

Historia: En 1996, Don Chalermchai Kositpipat se ofrece a hacer diseños y dibujos de la sala de reuniones del templo porque cree que su obra puede crear interés turístico. Actualmente, El templo de Rong Khun está en proceso de construcción. Según el plan de la construcción tendrá nueve edificios.

Este templo me ha dejado impactado por el poder de su belleza. 

Todo de color blanco con cristalinos a millones, parece increíble la armonía del conjunto. En dos días lo he visto tres veces y me sigue llamando la atención. Si lo hubieran sacado de un cuento de hadas o de una película de fantasía no me hubiera extrañado.

Supongo que es una frivolidad por mi parte pero durante mis visitas me acordaba permanente de Gaudí. Ambos autores tienen un diseño y un carácter propio maravilloso.







TEMPLO AZUL

Al recinto del templo se accede por una puerta flanqueada por dos imponentes estatuas azules de dioses que hacen las veces de guardianes. 


Una vez traspasada esta puerta, nos encontraremos con una inmensa fuente también azul y a modo de estanque, con una figura de Buda en su interior .

Sin embargo, a primera vista, lo que más llama la  atención es la omnipresencia del color azul índigo, que sirve de base para una gran profusión de dorados tanto en el exterior como el interior. El intenso color azul es lo que hace peculiar a este templo, diferenciándolo de cualquier otro templo budista de Tailandia.


En su interior, nos encontraremos con una bellísima escenografía en azul y dorado y una imponente figura de Buda de más de 6 metros de altura en color blanco impoluto, como laqueado, y en la posición de meditación. Todo ello crea un ambiente de calma y tranquilidad que invita a la oración.

La sensación de armonía es sensacional, especialmente porque ello se consigue con una gran combinación de tonos azules y dorados jugando permanentes con las degradaciones de color. 

El Templo Azul supone la reconstrucción de un antiguo templo que había quedado en ruina y llevaba mas de cien años abandonado. El inicio de las obras tuvo lugar en 2005 y la conclusión de las obras data de 2016. Aunque la parte exterior con las estatuas y la fuente ha sido finalizada en el año 2018.


El arquitecto Phuta Kabkaew ha sido el artífice de este milagro. Su participación en las obras del Templo Blanco, a las órdenes de Chalermchai Kositpipat, explican cierta similitud de las pinturas interiores del Templo Azul. 


PARQUE SINGHA

Singha Park, es una atracción turística agrícola. Todo el parque tiene miles de metros cuadrados con muchas zonas, donde disfrutar en medio de la naturaleza.



Ha estado abierto para el negocio desde 2011. Hay muchas especies de plantas agrícolas que se cultivan en el interior, por ejemplo, té, fresa, calabaza, etc. También hay algunos animales como vacas, jirafas.

Justo a la entrada llama rápidamente la atención una estatua gigante de león dorado, que es el símbolo de Singha Corporation. Este es el lugar de fotografía más popular de los turistas que visitan el Parque. Su recorrido tomará bastante tiempo en completarse porque el espacio es de muchas hectáreas divididas en varias zonas:


Cosmas Field y Swan Lake : Allí verás flores de colores por todas partes. Además, también hay frutas y verduras.

Cáñamo Sunn y árbol en forma de corazón : Tiene hermosas flores amarillas y los increíbles árboles naturales en forma de corazón.

Plataforma Zipline : si eres bastante aventurero, no te pierdas esta zona. Al visitar esta zona, te colgarán de tirolina y viajarás a lo largo de ella.

Jardín de frutas y verduras : disfrutarás recogiendo frutas y verduras frescas de sus lotes. Además se puede ver cómo los agricultores cultivan estas plantas.

Mirador. Al pie, plantaciones de té
Barn House Pizzeria (Zipline Tower ): otro lugar para aquellos que son aventureros. Te sentirás emocionante colgado de una honda de un edificio de 9 pisos y escalando una montaña artificial.

Restaurante Bhu Bhirom


MUSEO BAANDUM (CASA NEGRA)

Un lugar inesperadamente distinto que a nadie deja indifente, que gusta en general pero que levanta alguna polémica. 


A mí particularmente me agradó y pasé alrededor de hora y media muy entretenido porque hay muchísimos detalles del trabajo con la madera, artesanias, escultura en madera y cientos de sorprendentes detalles. En realidad resulta una mezcla un tanto extraña y quizás por eso atractiva.


Este  Baandam Museum, o también llamado Black House (casa negra) es fruto de la excéntrica inventiva del reconocido arquitecto tailandés Thawan Duchanee. Se trata de un recinto ajardinado con cerca de 40 casas o cabañas de diferentes formas y tamaños, todas en madera de color negro.

Los amplios jardines que rodean la Black House están salpicados de otras construcciones algo extrañas, como cápsulas blancas, esculturas africanas y otros diseños abstractos. 
 Las cabañas han sido adornadas con cuernos de buey, animales disecados, pieles de animales (osos, lobos, serpientes, cocodrilos, o gran cantidad de esculturas, entre otros.). 

El arquitecto y dueño de la finca era Thawan Duchanee, artista reconocido internacionalmente, fallecido en septiembre de 2014, que trató de representar el budismo con una perspectiva única. Son muchos sus detractores. Y es que no resulta nada fácil comprender el significado de lo que se está viendo, de hecho, quizá ese fuera el objetivo del Baandam Museum, provocar una sensación de extrañeza y curiosidad al visitante.


Independientemente de que guste más o menos, creo que es un lugar que debe ser visitado de Chiang Rai, un lugar muy distinto a los cientos de templos que se ven cuando se va a Tailandia.



WAT HUAY PLA KANG (Buda gigante)

La primera vez que vi al buda fue a distancia, desde la carretera cuando iba en moto de camino a Shinga Park. Me pareció enorme y volví para hacer una visita dos días después. Ni tan siquiera imaginaba yo el impacto que iba a tener en mi no sólo el buda por su gran magnitud, además hay dos templos anexos formando parte del conjunto que en sí mismos son otra maravilla.

Vista desde el mirador de la cabeza del Buda
Construido por la comunidad chino – tailandesa de Chiang Rai, el Wat Huay Pla Kung es una Pagoda típica china en forma de decágono, de 9 niveles o plantas coronada  la ultima de ellas con una gigante estatua de Buda de madera de 25 m de altura, única en la región.


En el mismo recinto pero en su otra punta se encuentra el Big Buda Gigante o Guan Yian, de reciente construcción, la versión china del Buda de la Misericordia. Para acceder al interior de la figura y poder subir a su mirador debemos tomar un ascensor que llega hasta la el interior de la cabeza del Buda. Desde aquí hay unas estupendas vistas sobre el entorno pero lo verdaderamente maravilloso es que ese espacio interior de la cabeza es una auténtica obra de arte en sí misma. 
Es una decoración llena de detalles y personajes que están creados con una infinita sensibilidad y belleza. Me temo que unas cuantas fotografías son verdaderamente insuficientes para poder transmitir su verdadero ser.


 En todo caso ahí las dejo con el ánimo de que gusten. 


MERCADO NOCTURNO (pte)